Me gustaría que lo recuerden como Santi.

Santiago llegó en el momento justo, cuando Lima estaba realmente gris y cuando explorar esa posibilidad de dar un giro importante y aventurarme a lo desconocido era una oferta muy valiosa. Pocas veces en la vida se le presenta a uno esa posibilidad.

Para mi, hacer Máncora era eso, aventurarme, decidir que esto me lo tomaba muy en serio, que habrían obstáculos y habría que vencerlos. Para Santi, Máncora es eso: esa aventura, tomarsela en serio, recuperar (o tomar por primera vez) las riendas de su vida, hubo obstáculos. Supo vencerlos.

Siempre quedará, de Máncora en adelante, una importante parte de mi en mis personajes. Y ha quedado mucho de Santiago en mi, o tal vez, más que eso, Santiago y el cercano trabajo con Ricardo de Montreuil, me ha ayudado a reconocer esos puntos en que nos parecemos tanto.

Verán la pelicula y entenderán qué quiero decir cuando les digo que me gustaría que a este Santiago rudo, directo, distante, tímido, a veces un poco agresivo, lo recuerden como Santi. Como ese chico común que confunde el sexo con el amor, que no consigue delinear el límite entre el rollo de los demás y el suyo, el que recién está aprendiendo a pedir perdón. El que ahora, recién ahora, está dispuesto a luchar por lo suyo.

Gracias por tu pregunta,

Jason Day