En el cine ocurre algo increíble y hoy lo conversaba en una reunión con amigos vinculados a la fotografía y la moda. El actor en cine tiene que tener la capacidad (y es ahí donde me estoy entrenando últimamente con mayor rigurosidad) de 'estar presente'.

En occidente no es frecuente que nos enseñen acerca de la importancia de vivir aquí y ahora, de detenernos y preguntarnos 'dónde estoy?'. No a nivel geográfico sino en la mayor complejidad posible que podamos encontrarle a la pregunta, dónde estoy a nivel emocional, intelectual, físico, en relación con nuestros sueños, en relación con nuestras expectativas, con el ayer, etc.

Cuando estoy a punto de comenzar una secuencia, lo que tengo en mente es la coreografía articulada como la he definido con el director y los límites que me ha puesto el director de fotografía (por disposición de luces, etc.). Lo demás debe ocurrir de manera orgánica, hasta los diálogos que ya deben haber sido incorporados no a la memoria sino a la sensación de que esas palabras son las correctas, es como conocer el futuro. Ya sabemos qué necesitamos que ocurra en la secuencia y debemos asumir el reto de que lo que ocurra, ocurra de verdad para quien lo ve desde afuera.

Una escena de sexo solamente es dificil por lo que gira en torno de ella, hay muchos nervios, mucha tensión de parte de todo el equipo (pienso que el equipo técnico está siempre más nervioso que los actores) y nadie quiere repetirla muchas veces. Lo único que hay que hacer, es estar muy concetrados, muy convencidos de qué es lo que necesitamos conseguir e ir a por ello.

Ocurre algo mágico e inexplicable cuando escucho al director decir 'acción'. Me traslado a un estado que no puedo definir, estoy completamente presente, no importa nada, lo único que pido es que no ocurra nada que detenga la escena antes de llegar al final...

Gracias por tu pregunta!

Jason Day